MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ -.
Eduard Limónov más allá del personaje novelesco puesto en pie con éxito por Emmanuel Carrère, más allá incluso de obras como Historia de un servidor, Historia de un granuja o Soy Yo, Édichka donde expone de manera contundente su idea de que a los pueblos no les corresponde el derecho a separarse, que su futuro es la mezcla total, antinacionalista y nacionalista radical a la vez, entre otras ideas poco digeribles ahora mismo, pero que cuentan con un público devoto xenófobo, racista, islamófobo y antisemita, que se expresa en las urnas y trae detrás algo más que el fantasma del autoritarismo represivo, la fortaleza del Estado en detrimento de libertades y derechos individuales... No hablaba Limónov de fantasías literarias de los felices 80 y no es el único que, apocalíptico sin duda, certifica el fin de la vieja Europa. En otro sentido también habla de esa defunción Michel Onfray en su reciente Penser l'Islam. Lo que como enormidades se publica ahora, es solo una muestra de los muchos explosivos que guarda el polvorín. Veo al Bosco asomar por el fondo del cuadro.
1 Comentarios
Lo valioso de limonov es q ha vivido en el abismo, le ha prestado el culo a algún negro en N.Y para poder tomarse un botella de vodka,tb ha estado bailando entre las balas en los valcanes.De todos modos de los poetas se puede esperar cualquier cosa.salu2.
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