PABLO CINGOLANI
Al sapo del cerro Huacuni,
martes de challa
No hay más fe que la que nos procuramos
Ni tanto dolor como el que creemos merecer
Se trata de compartir, desandar las heridas
Volverlas camino, huella que huele a espejo
Reflejo de mares, ardores, albores, alegrías
Que deslumbran vida, montañas, prodigios
Que trasmutan penas, destierros, desafíos
De volver a caminar sin tristeza, sin desasosiego
Sin la acuciante necesidad del fervor
Sin la desgracia de tener que sentir desamor
Sin la osadía de jugarse la vida a todo o nada
Digo que, alguna vez, debiésemos encontrar
Ese lugar, esa dicha, ese arrebato de verdad
Donde nada sea fuego, donde todo sea calma.
Imagen: El liquenaje: la piel del sapo. Fuerza y buenaventura en los Andes. Fotografía de Pablo Cingolani.
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