Pablo Cingolani
A Álvaro Díez Astete
Y la vida es tenaz y forcejea….
Manuel Mujica Laínez: La princesa de Hungría
Ay, Álvaro, ay la vida que compartimos décadas, siglos, eras
Si tuviera que recordarla entera, dime, ¿podría intentarlo en un poema?
¿Podría lograr resolverlo en estas líneas que escribo, que te escribo
Siempre con la misma fraternidad y el amor, que más allá del bien y
Sobre todo del mal, hemos recorrido juntos, como arenas del destino
Que nos tocó vivir sin mezquinarnos, sin ahuecarnos, sin volvernos sal?
Eras, cuando te conocí, un señor antropólogo. Nos volvimos amigos
Eras, cuando comencé a conocerte, un poeta con soberanía propia
Y fue lo mismo: nos volvimos amigos. Siento que lo que quiero decirte
Y decírtelo con nobleza y con pasión, como siempre ha sido
Es que lo más luminoso que pudo pasarnos, lo más luminoso que a cualquiera
Puede sucederle, es, simplemente eso: tener un amigo, saber que está ahí
En medio de todas las tormentas de la realidad, como Calibanes salvajes y desnudos
En el fin del mundo, en el fin de las angustias, en el fin de todas las culpas
Lo verdaderamente bello, lo sabiamente generoso y humano y vital
No es huir, no es rendirse, tampoco es gritar por gritar, desangrarse, herirse
Lo decididamente luminoso, lo que procura siempre amparo y esperanza, y por eso
Es tan bueno como el pan, como el vino, como la verdad, es la amistad
Y así estamos, amigo, así estamos, averiados, llenos de años pero no de dudas
Compartiendo intactos la larga risa de todos estos años, de todas las vivencias
Las tristezas y las alegrías que nos han unido, palabras y silencios que ya son memoria de
Nosotros, que amamos tanto a las montañas en su honda soledad
Nosotros, que no ansiamos otra recompensa de la vida que no sea vivirla
Nosotros, que vivimos esa vida con los otros, por los otros, para los otros
Y que de eso, yo sé, mi hermano, mi compañero
Porque la vida es dura pero también es dulce
Porque la vida es árida pero a la vez es tenaz y forcejea
Que no nos vamos a arrepentir. Jamás.
Pablo Cingolani
Río Abajo, 23 de julio de 2018
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