Valparaíso en la noche

Miguel Sánchez-Ostiz

De los dos o tres meses que viví en esa plaza en el año 2004 y frecuenté ese callejón de paso al mercado... Allí, a la vuelta, a la derecha, vivía uno de los Parra. Había un personaje, El Manuel, que haraganeaba por la plaza y usaba Aqua Velva, a las tardes le veía desde mi ventana sentado en las escaleras de la iglesia con un niño de uniforme escolar repasando sus deberes... De la botillería de la esquina (izquierda), de sus rejas y su feroz perro de presa, mejor no hablo y del droguero que me vendió un eficaz y explosivo desatascador que de pocas revienta las cañerías del conventillo, y los travestis que bajaban nocturnos y alborotadores por La Cajilla, y los quiltros y los vendedores de jaibas... de todo eso escribo en Valparaíso en la noche (siento tus pasos de baile... tengo tanto que contarte/ en la distancia he cambiado), y de Quiñonez y sus veleros y de León, el hombre de Playa Ancha, de Jorge Farias y de Raúl Ruiz, en el Liberty de la plaza Echaurren, de Neruda y de De Rokha con su Oceania, de Uribe-Echevarria, Salvador Reyes y de Baroja, que nunca piso Valparaíso, pero tiene una calle, allí, por Cerro Cordillera, del circo Timoteo y del enano Cochino... Años después, pasaba a diario por la plaza, por gusto del recuerdo, camino del ascensor Artillería que me llevaba a Playa Ancha... otra historia, que es la misma historia de la fascinación por una ciudad y sus rincones.

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*Texto extraído del facebook del autor. (21/8/2018)
*Imagen: Los inolvidables puestos de fruta fresca de calle la Matriz en 1984. Foto: Jack Ceitelis "Rostro de Chile" (Granvalparaíso.cl)

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