“¿Se dirá que los dioses entrechocan las nubes/cuando las nubes vienen malditas por el trueno?/ ¿Se diría que lloran cuando el temporal clama?/ ¿Serán los arcoíris el color de sus túnicas?/¿Donde los dioses cuando cae la lluvia?/¿Se dirá que rocían el agua/de las ánforas de los jardines, que sueltan los torrentes?/¿Quizá el modo de venus/de una viejo dios los pechos se pellizcan y exprimen,/la húmeda noche me riñe como una nodriza?/¿Se dirá que los dioses son de piedra?/¿Retumbará en la tierra una piedra caída, repicará la grava derribada?/Dejad que hablen las piedras/con lengua que hablan todas las lenguas”. Los dioses, Dylan Thomas
El Poeta busca al interlocutor, a la musa distraída, busca una voz que lo acompañe, tal vez el silencio de la poesía. ¿Que nos habrá cantado el juglar de Minnesota con este su poema? La generación perdida que se fue, los flower power y el Imagine all the people/Living life in peace, el sueño del hombre apagado por el hombre en una easy rider a nunca acabar. Canta el juglar only the good die young…
Somos viejos, los hombres, desde “el largo y extraño viaje del mono desnudo” pero, en la inocencia de aquel que felizmente aún no conoce una guerra, en el otro que sigue recolectando semillas y caza su proteína, el machiguenga de Vargas Llosa. ¿Cómo podríamos pensar en dioses que abandonan al poeta y a sus voces, al futuro agricultor y a la madre de todas las tiernas sonrisas? Ninguna teoría cuántica y ningún relativismo, el eclipse narrado por Augusto Monterroso sigue vivo entre hombres y mujeres clandestinos a nuestra globalización…toda la mitología es una cosa, todos los mitos creados por el hombre, son otra cosa… Canta el juglar only the good die young…
Maurizio Bagatin, 15 junio 2020
Imagen: Libra, Don DeLillo
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