Navegó los siete mares
El mar terrible, el mar de la calma, el mar silencioso, el mar mineral, el mar errante, el mar ausente y el mar de los sargazos
Peregrinó la rosa de los vientos, vio nacer a las islas desventuradas
Colisionó contra las rocas negras, escapó de pulpos y krakens que buscaban triturarlo, masticarlo, deglutirlo
Un día, un volcán, lo cocinó en sus lavas y quedó tieso para siempre
Ahora, vegeta en un triste museo
Su rostro me recuerda al de algunos humanos. Son tan fósiles como él.
Pablo Cingolani
Desde algún lugar, 7 de julio de 2020
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