1.
No sabía bien cómo ir
Cómo alzar sus alas
Pero sentía que atesoraba un destino:
Las montañas.
2.
A veces ansió arrancarse el corazón
Y arrojarlo lejos…
El corazón se agitaba y decía:
Déjame ir, se de memoria el camino de regreso
Déjame ir, dentro mío, siento fuerte
El latido de las montañas.
3.
Era tanta su fe
Que desgarrado y ciego
Hubiera llegado igual
Al fondo de la quebrada…
Olía las micas
Eso bastaba.
Pablo Cingolani
Laderas de Aruntaya, 11 de enero de 2021
Imagen: Frances Gearhart
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