La nave de los locos (Michel Onfray)


Miguel Sánchez-Ostiz

El último de Onfray es un libro facilón. La nave de los locos, en la que de grado o por fuerza, todos vamos camino del país de los necios. Un anuario de comentarios sarcásticos a las demencias y estupideces que en torrente nos suministran los medios de comunicación a diario, esas que se comentan solas. De emprender algo parecido, yo iría más lejos y lo titularía «El asco de nunca acabar», pero me da flojera y me faltan verdaderas ganas de acometer un trabajo parecido con lo que veo y oigo en el país en el que vivo, con mis gobernantes y compatriotas. En mi caso no serviría para nada. Onfray al menos hace caja a diario haciendo de sí mismo un negocio y con sus publicaciones incesantes añade combustible a la caldera de su locomotora. Hace tiempo que empecé a tener a Onfray por un charlatán (beau parleur), como a Savater, autor de mi juventud, a quien hace mucho que dejé de leer y seguir. A Onfray sin embargo lo sigo todavía aunque no con el mismo entusiasmo que hace unos años. El suyo es un discurso que abruma, por repetitivo, por obvio y por sectario, aunque compartas sus temores y rechazos: el islamismo, el imperio de lo políticamente correcto, el puritanismo y a la vez el todo vale y todo es respetable... Pero cansa mucho la gente que está en posesión de la verdad, de cualquier verdad y no deja resquicio alguno para la perplejidad y la duda, cruzados de la propia causa. Ayer mismo leía en Le Monde Diplomatique este artículo minucioso, aplicado como quien no quiere la cosa, al derribo de Onfray, emprendido hace ya unos años por escritores y comunicadores diversos con fortuna escasa: «Libertaire, Michel Onfray ? Le dernier nouveau philosophe», de Jean-Pierre Garnier. Hoy recorro sin emoción esas páginas de comentarios a una actualidad que me desborda y me produce un asco que me empuja a un en la práctica imposible emboscamiento, ni siquiera al sarcasmo, ese que es expresión de importancia frente a la fuerza de la necedad.


*Publicado originalmente en el blog del autor, Vivir de buena gana (21/4/2021)

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