Vanitas al paso (madrileña)


Miguel Sánchez-Ostiz

No frecuento mucho ese barrio, entre Chamberí y Argüelles, con edificios antiguos y otros, a partir de los cincuenta, de arquitectura basura, diseñada como sin ganas para construir y vender a la carrera, pequeños comercios sobrevivientes, enseñas de diseño que merecen el rescate, mucha persiana echada para siempre, mucha terracita, es decir, mucha libertad, hurgabasuras gitanos rumanos, broncas juveniles y borrachonas con aparición aparatosa de la madera... Ese escaparate de un chamarilero que ofrece mucho libro de derribo es para mí una vánitas, me atrae y me asusta, el chirrión, los libros a pedo burra, el aliviadero de bibliotecas enteras, tantas que cunde el cartel de «No compro más libros», y pienso en los míos y la cantidad de pacotilla y menudencias que he acumulado al paso como piezas de caza menor, de arqueólogo de su propia vida, de urraca de basurales... un rompecabezas que si hoy tiene algún sentido (Viaje alrededor de mi cuarto), mañana lo va a perder de golpe... Montar un Museo de lnocencia, como el de Orhan Pamuk, en Estambul, no está al alcance de cualquiera.

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Publicado originalmente en el blog del autor, Vivir de buena gana (3/2/2022)

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