Editorial 3600, portada de Antagoniga Furry, prologo de Maurizio Bagatin, contratapa de Daniel Averanga Montiel.
"Dijo Rafael Barrett que es por la obra que nos ponemos en contacto con la esfinge. No es seguramente como espectadores que descifraremos el enigma de la realidad, sino como actores…
Y toda la obra de Claudio es la obra de su experiencia, de lo vivido, a través de la palabra escrita nos devuelve lo prestado por vidas anteriores, en una genealogía que desde una semilla nos conduce al árbol, al fruto, a su entropía. En una epopeya rara veces un padre va revisando cuanto escribe un hijo, El Señor Don Rómulo es su primera novela y fue revisada y corregida por Joaquín Ferrufino Murillo, padre de Claudio. Y será él, Don Joaquín, en validar este epos que Claudio fue escribiendo ya desde su exilio voluntario.
El autor, desde ahí, va escribiendo una trilogía que no tiene línea de tiempo: Muerta ciudad viva, última de las 3 novelas de esta trilogía, puede ser reconocida como la novela de formación (o de aprendizaje). La edad en la que Claudio la escribió no es importante, el escritor puede volver a sus memorias, al incansable recuerdo aun cuando parece ser ya tarde. La memoria puede modificar la fantasía, no el recuerdo, la novela está ahí para exagerar y conducirnos, a través de la narración, al momento histórico de su ambientación. Vendrá luego El exilio voluntario para conducirnos entre monstruos celinianos y delirios bukowskianos, y el Diario secreto, ganadora del Premio Nacional de Novela en 2011 para que Claudio reconozca su esencia: “Creo que tengo un sentido trágico de la vida. De orígenes dudosos, pero tal vez el mal se encuentre en los libros de la infancia, ávidos de encajarme mensajes réprobos e incompletos, como dejando en mí la responsabilidad de resolverlos”.
De por medio mucha literatura, mucha memoria, on the road y melancolía, esperando la próxima novela que nos ha prometido para este año.
Maurizio Bagatin, 20 de abril 2022
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