Todo pueblo chico es un infierno grande. El mundo anda patas arriba y el sur es el norte, y viceversa.
Aquí Shakespeare se inspiró por una de sus obras más conocidas, parece propio que a los daneses le gusta el misterio que David Lynch supo llevar a la pantalla gigante. Me gustó leer en los días de tremendo calor, en un África hoy tan distante, la novela de Peter Hoeg, La señorita Smila y su especial percepción de la nieve. Esta naturaleza hoy no logra aproximarse a los cuentos de Andersen o al pensamiento de Kierkegaard, neutraliza la fábula de una isla feliz, Christiania, cuando jóvenes power flower soñábamos con ir a vivir en aquel barrio loco de Copenhague. O tal vez es solo el fruto de otra novela de Peter Hoeg, Los fronterizos.
Si no fuera por Shakespeare, qué pensaríamos de Dinamarca?
Maurizio Bagatin, 10 abril 2022
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