The final cut


Musicasete desgastada hasta el final. Mil historias para contar. Dicen que este disco fue editado con todo el material que sobró del fascinante nihilismo de The Wall. Y logró ser un buen disco, minimalista en su diseño de tapa, y con adentro peleas del grupo, complejos edípicos y la guerra de las Malvinas. Nosotros lo escuchamos millones de veces, creo que, aunque no sea el mejor disco de la banda, es lo que sigo escuchando con enorme placer, mientras sigo pensando en Syd Barret, adonde hubiera logrado llegar. Creo que Beethoven hubiera escuchado a los Pink Floyd.

“…por primera vez veo una chica en Sarcobamba que saca a pasear su perro y con una bolsa de plástico levanta sus excrementos...en una escuela de La Paz están capacitando a los estudiantes en caso de dinamitazos y gases lacrimógenos…siguen los kitsch Heladería Bocatto, Pastas Di Roma (ex Mussolini), Pizzería Maurizzini…domingo es el día del peatón, será el único día que no saldré en bicicleta y tampoco caminando…”

También en la antigua Grecia hubo decadencia, y en la Roma Imperial. Siempre. La nueva normalidad es una continuidad a la estéril normalidad.

“…los obreros ya no existen, son patrones o explotados, los mineros han perdido las sonrisas de sus luchas, una capa de humo está abrazando la ciudad…seguimos solamente como individuos entre causa y efecto de nuestros errores, de nuestras certezas, de nuestros olvidos…”

Pongo el musicasete...The post war dream: “(It was announced today, that the replacement for the Atlantic Conveyor

The container ship lost in the Falklands conflict would be built in Japan, a spokesman for)

(Moving in. They say the third world countries, like Bolivia

Which produce the drug are suffering from rising violence)”...

Maurizio Bagatin, 25 de agosto 2022

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