El equilibrio de rocas o equilibrio de piedras es un arte, disciplina o pasatiempo en el que las rocas se equilibran una encima de la otra en varias posiciones sin el uso de adhesivos, cables, soportes, anillos o cualquier otro artilugio que pudiera ayudar a mantener el equilibrio de la construcción. La cantidad de pilas de rocas creadas de esta manera en áreas naturales ha comenzado recientemente a preocupar a los conservacionistas porque pueden desviar a los excursionistas, exponer el suelo a la erosión, inmiscuirse estéticamente en el paisaje natural y no tienen ningún propósito.1/2
Aquí van las citas de la dichosa enciclopedia virtual:
1. Fessenden, Marissa (13 de julio de 2020). «Conservationists Want You to Stop Building Rock Piles». Smithsonian Magazine (en inglés). Consultado el 14 de junio de 2020.
2. Barkham, Patrick (17 de agosto de 2018). «Stone-stacking: cool for Instagram, cruel for the environment». The Guardian (en inglés). Consultado el 14 de junio de 2020.
Anoten, ¿eh? Ahora miren lo que dice Santo Google sobre las apachetas:
¿Cómo se llaman las piedras una encima de otra?
Estas pequeñas construcciones, conocidas como apachetas, se basan en la apilación de piedras de una forma cónica a modo de ofrenda a las deidades del lugar con buenas intenciones, pero que tienen consecuencias perjudiciales para la biodiversidad.19 jul de 2021 (Las itálicas son mías)
Y para acabar este trip insensato, miren lo que aconseja (¿ordena?) el “Decálogo del turista responsable en las montañas”, parte de algo llamado El ajayu de las montañas. Guía de ascensos y buenas practicas para tocar el cielo, (sic) editado el año pasado por la Alcaldía de La Paz, Bolivia. Dice:
“No extraigas o adquieras recursos naturales como piedras, plantas, flores u objetos arqueológicos. Estos elementos no son recuerdos de tu viaje, son propios del territorio y pierden su valor en tus manos”. (Nota brevísima: ¿los “objetos” arqueológicos son recursos naturales? ¡Mamita!)
Todo este desquicio me sorprendió. Podría seguir citando páginas y páginas de estupideces -las fuentes globales aludidas están llenas de ellas- y no intentaré darle demasiada vuelta a lo que mierda significa todo esto. Solamente diré: una acción y una práctica pluricultural y ancestral de los seres humanos ahora merece condena. No pensaba que lo políticamente correcto llegara a estos extremos tan absurdos y nefastos. Pero es así. Han perdido el equilibrio y la razón. Se fueron, literalmente, al carajo. Dan asco. Son insoportables. Son nazis. Son nazis, aunque no lo asuman. Son nazis, aunque no lo sepan.
Pablo Cingolani
Antaqawa, 15 de enero de 2023
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