El lugar ya no existe. Nunca existió si no fuera por el sueño que tenemos cuando somos niños. Hubo un tiempo que nos identificábamos con él, éramos él en búsqueda del “tiempo verdadero”, el tiempo del Mito, de la fiesta, del sexo, del mañana que nunca iba a llegar, que nunca nos tocaría.
Fue Heimat según el último filósofo y ahí dejamos de frecuentarnos; el lenguaje que nos dejó sigue siendo nuestra casa, una casa llena de fisuras, hambrienta de luz y de paz. El lugar hoy es atravesado por el silencio abismal que oímos cuando fuimos en la luna. En el camino de Poseidón, cantaron los King Krimson, siderales sinergias que ponen el pelo de gallina a los más valientes, a los más valerosos, al animal atípico que es el hombre. Lugar de heridas o muerte.
Ahí, mientras fuimos adolescentes, el tiempo era hermano del espacio, la huella sobre el fango existió, las heridas y la muerte no profanaban lo humano. Mirando una foto de aquellos tiempos podríamos reconocerlo, el lugar, el Heimat filosofal, más allá del chauvinismo, era el encuentro de la infancia y de la aventura desconocida que ya estaba saliendo como de una cascara de un huevo. Aventuras con Jack London ayer, sabidurías con Edgar Morin hoy.
Nuestra paideia para el futuro será la riqueza de nuestra libertad. Y si nos alcanzara el tiempo, el doble salto mortal, el recuerdo de los saltimbanquis del ultimo circo visto cuando eramos niños. El Poeta cierra los ojos y va escuchando a Brahms, se deja llevar en el lugar que anula la vacuidad del mundo, alcanzando la belleza de las notas, que es el lugar infinito del artista más formal.
No deberíamos ya cerrar los ojos hacia esta mutación que vivimos, de mutación antropológica nos habla un señor de 93 años. Tema que retorna porque está frente a nuestros ojos el horror del Occidente envejecido y de un Alí con los ojos azules que desea este Occidente y se expande como en la poesía de Pier Paolo Pasolini. La guerra es la técnica que se está haciendo permanente, lo anunciaba el ultimo filósofo, y tendremos que decirle no. Cicatrizar heridas, frenar la Historia, odiar solamente a la muerte.
Maurizio Bagatin, 24 septiembre 2024
Imagen: Bolivia, 24/09/2024 7:17 a.m.
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