Rodrigo se atreve mucho. Parece ir de la mano de un Cyril Collard nacido en los Andes bolivianos. Amores imperfectos, sexo desordenado y sueños dolorosos se van alternando a un ritmo que sabe captar y describir la magia y la locura de la urbe fantasmagórica que es La Paz.
Rodrigo sabe bajar hasta el infierno y sincerarse con una fauna que, desde una pequeña fisura, busca una luz, la paz, a veces solamente un momento de felicidad. Historias normales que gracias a la literatura amplifican su autenticidad, alumbran su veracidad.
Rodrigo es un buen destilador de sus lecturas, y es un buen cuentista de sus historias, arte que acompaña en un desfile entre Melpómene, musa de la tragedia y Clío, musa de la historia, recordándonos cuantas más historias conoceríamos si nos dejáramos llevar por el cuento.
Maurizio Bagatin, septiembre 2024
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