Los santos, los muertos…
San Burroughs, patrono de las jeringas y de los almuerzos desnudos, ampárame de todos los vicios
Santa Evita, mártir de los humildes, báñame con tu gracia para seguir, con tu misma humildad, tu huella
Santa Maradona, desmiente estos estúpidos tiempos, alza tu voz de nuevo
San Cristóbal, guíame, deja que siga
Santo Jimi, Jimi Hendrix, alza tu guitarra, sigue tocando tus blues, electriza este mundo desmagnetizado y que Santa Janis, a tu lado, nos libere del dolor, su dolor, nuestro dolor
San Roberto Arlt, escribe otra vez tus siete locos, tus lanzallamas, tus juguetes rabiosos
San Giap, General Giap, vuelve, vuelve a lanzar la ofensiva del Tet
San Omar, Omar Torrijos, y San Jaime, Jaime Bateman, que la rumba sea faro, que la alegría, revolución
San Flaco, Spinetta por siempre, patrono de la poética del rock, alma de diamante
Santa Memoria, no te olvido, no me olvides
Santa Nieve de los Andes, brilla, brilla, brilla
Santa Piedra de las Quebradas, abrázame, ilumina mi rumbo en las Santas Punas de Bolivia y todas las punas
Santo Pasolini, inspírame
San Amazonas, resiste como la Santa Selva
San Guevara de La Higuera, San Néstor Paz de Teoponte, San Javier Heraud del Amarumayu, resuciten entre árboles y pájaros
Santo Destino, Santo Roby del Santiago del Estero, Santa Norma Montonera de la ESMA, Santo Delirio sobre el Chimborazo…
“Di la verdad a los hombres…”
Santa Verdad: sana, sana, sana.
Pablo Cingolani
Antaqawa, 1 de noviembre de 2024
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