Puede que la historia la escriban los que ganan…
Eso no es inquietud ni desánimo para escribir, seguir escribiendo, Nuestra Propia Historia
La tuya: la de Siwa, la de Rossetti y su brújula o la del Rimbaud africano y loco, historias de islas, vientos y niños, cirujas y demonios, sirenas y santones, cartógrafos de lo imposible… orantes, soñados o entrevistos entre las brumas de un pasado siempre inmemorial, siempre feliz
Todas tus historias… Lo que no existe, entre nosotros, es no asirlas fuerte como se empuña la arena o cargarlas en la mochila; lo que no existe es no escribirlas
La historia de unos y otros, compañeros en la fragua de los días y de esas batallas que si no fueran transcriptas no brillarían. Serían olvido
Esa ingrata recompensa para esos héroes peregrinos, sagrados vagabundos, esos seres que inspiran y tanto amamos y que perviven, intactos, en la letra que los convoca y los honra, en ese frenesí de alud y fuego que los late, intensos, dentro nuestro
Ese olvido que vulneramos y sublevamos
Es, además, nuestra memoria
Es también, y lo sabés
Nuestra victoria.
Pablo Cingolani
Antaqawa, La Paz-Bolivia, 10 de enero de 2025
0 Comentarios